jueves, 21 de octubre de 2010

*********A LOS 85 AÑOS*******

Estamos en un siglo en la que descriminamos mucho a los demás sin importar
como se sienta esa persona no nos importar si los herimos los sentimientos.

los de la tercera edad hoy en dia son los mas afectados pensamos que son un estorbo
nos quieren hablar y no les prestamos atencion pero los jovenes y los adultos debemos de recordar cuando nuestros abuelos estaban con nosotros que eramos niñitos todo el amor que nos brindaron que hicieron hasta lo imposible para que no nos faltara y fueramos siempre felices por eso nosotros debemos de devolverles con la misma moneda que nos pagaron tambien aprovechar de sus enriquecidos consejos y conocimientos.

Nosotros como seres humanos debemos de valorar a las personas de la tercera edad son
un ejemplo para nosotros por que son muchos de ellos que trabajaron y se esforzaron
para conseguir nuestra felicidad y en general todo lo material para que nosotros estuvieramos en un futuro mejor.

Debemos de ser concientes en donde estamos y para donde vamos por que algún día seremos de la tercera edad y vamos a necesitar de cariño y amor de nietos e hijos o cualquier otro familiar.

PIENSA ANTES DE ACTUAR POR QUE NO SABRAS DONDE ESTARAS EN UN FUTURO.
Alexis Ramirez
10-3

jueves, 14 de octubre de 2010

LOS LIBROS Y LA VIDA


ALGUIEN DIJO ALGUNA VEZ QUE HAY tres tipos de personas: las que viven la vida, las que la escriben y las que la leen.
Si pienso en el primer tipo, recuerdo a un amigo mío, vividor, que —como me lo explicó una vez Santiago Gamboa— “se pasó la vida tratando de empezar una nueva vida”. Nada, ni lo más desaforado, le parecía nunca suficientemente vital. Empezó tantas vidas que no terminó ninguna y al final vivió con tanta intensidad cada una de ellas que resolvió que nadie le iba a quitar el último pedazo de vida que le quedaba y terminó quitándosela él mismo.
Del segundo tipo de persona, los que escriben la vida, o mejor, los que dedican la vida a escribir, no se me ocurre mejor ejemplo que el de Gustave Flaubert. Se impuso a sí mismo la rutina más sosa y carente de interés que pudo —repetitiva, sobria, retirada— con el único fin de vivirlo todo en su obra. Esto le dijo en una carta a Louise Colet: “Llevo una vida áspera, carente de toda alegría exterior y lo único que me sostiene es una especie de rabia permanente. Amo mi trabajo con un amor frenético y pervertido, como un asceta el cilicio que le araña el vientre. Escribo con regularidad unas diez horas diarias, y si me molestan, me pongo frenético. Ya no espero nada de la vida excepto unas cuantas hojas de papel que emborronar de negro”. Y este era su dogma práctico: “Hay que vivir como un burgués y hay que pensar como un semidiós”.
Los del tercer tipo son personas que dedican su vida a leer. Son, de algún modo, vividores vicarios. Todo lo que no aman, todo lo que no lloran, todo lo que no luchan o trabajan, lo experimentan en los libros. No se me ocurre un ejemplar más acabado de esta especie que ese viejo lector ciego, Borges, que vivió más bien poco, escribió maravillas, y leyó o le leyeron sin parar. Su lema, no por excesivamente citado, deja de seguir siendo hermoso: “Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído”.
Quizás estos tipos de hombre correspondan también a una diferencia de carácter más honda, que ya no es ternaria sino binaria: aquellos que prefieren la vida activa frente a los que escogen la vida contemplativa. Hay quienes hacen y hay quienes piensan; están los que hablan y otros que se muerden la lengua. Por supuesto que no es necesario vivir exclusivamente de una manera. Se puede vivir, con distintas proporciones, a ratos en la realidad y a ratos en el sueño. Borges, por ejemplo, en sus 86 años de vida, estuvo casado 17 meses con su primera esposa, y con la última tres. Es poco, pero es algo. De Flaubert se dice que se retiró del mundo después de que contrajera la sífilis en un aventurero viaje de juventud a Egipto. No le quedaron ganas de una vida de excesos.
Por deformación profesional he citado casos de escritores, pero supongo que algo parecido ocurre en otras profesiones. Todos conocemos adictos a la sociedad y cusumbosolos. Si me preguntaran qué quisiera más para mí (o para mis hijos), si una vida intensamente vivida, o una vida leída, o una vida dedicada a un oficio retirado como las matemáticas o la escritura, no sabría responder con una receta. Flaubert, cuando escribía sobre una pobre mujer adúltera, vivía con tanta intensidad su adulterio como si fuera él el pecador. No creo que el gozo de Borges leyendo a Kipling fuera menos que el de un viajero en India.
De mí puedo decir que me gusta vivir lo que leo en los libros. Si el protagonista toma ginebra, no puedo resistirme a servirme una. Si un personaje es celoso, acabo haciendo una escena de celos en mi casa. Hace poco leí sobre un viejo escritor con cáncer de próstata y esa misma semana me medí el antígeno y pedí cita urgente con el urólogo. Y por otro lado, muchas cosas que vivo me provoca escribirlas, acomodándolas algo en el recuerdo, y otras que me imagino, me encantaría llevarlas a la vida real. No he podido saber a qué tipo humano pertenezco. No concibo vivir, en todo caso, sin escribir cada día, sin leer cada noche, ni sin salir a disfrutar a ratos el espectáculo del mundo.
HÉCTOR ABAD FACIOLINCE (23 DE MAYO, 2:23 AM)
Dirección web fuente:
http://www.elespectador.com/columna142253-los-libros-y-vida

miércoles, 13 de octubre de 2010

Mi pensar en la escritura

En momentos al sentirme triste o agobiada siento la necesidad de escribir lo que me sucede. En ese instante tomo lápiz y papel y me expreso por medio de la escritura. Quizá en ocasiones solo lo hago por hacerlo, pero la gran mayoría de veces es porque me hace sentir bien transmitir lo que siento a aquella hoja en blanco.

Cuando escribo me desahogo siendo como si el papel en el que estoy escribiendo depositara mis ideas y pensamientos, es como si fuera un amigo ya que en ocasiones en el me puedo sentir desahogada y escuchada y puedo expresarme sin miedo a que me juzguen.

Al estar haciendo apuntes es como si me desprendiera mentalmente de lo que sucede en mi entorno, mi vida gira en ese momento en otro universo por así decirlo. En lo que conlleva lo personal ami me gusta escribir todo tipo de textos y pensamientos, ya que la mayoría de veces empiezo haciendo un texto y termino haciendo otro, pero siempre trato de que por muy cortos o insignificantes tengan coherencia y no sea cosas que no valgan la pena leer,

Quizá en momentos tengo que pedir una segunda opinión o hasta mostrar el contenido para recibir consejos; pero muy en lo personal prefiero no hacerlo ya que me da pena o cobardía que me digan quizá que el texto no es agradable para ellos o quizá que me falta, aunque sé que no debería ser así porque de las criticas nacen las ganas de superación.

Mi gran temor es mostrar lo realizado al público, siento pánico al imaginarme que dirán los demás, pero en lo poco he mostrado o pedido consejos me han dicho que son buenos mis textos solo que como todo me hace falta; pero que para comenzar esta bien, lo más importante quizá en lo que me preocupo es si entienden lo que se le trata de dar a entender al lector pero el objetivo no es enredar sino dar claridad de un tema u/o sentimientos como los digo yo por que para mi escribir se debe ser con sentimiento y pasión. De esa forma es bello.

La escritura no es solo hablar y depositar letras en una hoja, la escritura tiene ciencia, toma trabajo y lleva su proceso hacer algo bien entendible, interesante y productivo sobre todo.
Gracias…
Diana Marcela Beltrán
10-3

La escritura en mí

en ello me refugio mis tristezas, alegrias y lecturas interesantes como tal, plasmarlas en una hoja me da pasion y alegria siempre y cuando lo haga con esmero y cuando quiero.

escribir no me da pereza, entre mas escribo algo nuevo aprendo y un mejor lexico desarrollo, como lo he dicho antes escribo para aprender y pasarla bien como en forma de desahogarme y desadaptarme un rato de la vida, escribo todo lo que se me viene en la mente, lo bueno o malo que me ha pasada sin importar comas o puntos, sin orden y todo como caiga, pero siento alegria, pasion y angustia por momentos, por todo lo que escribo.

respeto a trabajos lo estudio, lo escribo y vuelvo a escribir, leo una y otra vez pero por mas que pienso, siempre siento que le queda faltando algo.

para poder entender los textos y escribir mucho mejor acudo al diccionario o la web. ¿los planeo?. claro que si, hago todas las instruciones que me da la querida profesora, para asi obtener un texto organizado y bien redactado.

que les puedo decir de mis lectores, pues a muchos les gustan y los entienden con mucha facilidad, lo comentan a favor y dicen que esta muy bien, pero la opinion mas importante es la de maria del pilar c. la profesora que les habia mencionado antes, ella los lee, les da nota y los comenta, en muchas ocasiones estan perfectos pero en otras les queda faltando ese alguito, pero las criticas q me da son para mejorar.

en cuanto ala lectura y saliendo un poco del hilo conductor, leer despeja la mente siempre y cuando lo que leo me guste y sienta mucho placer.
Diego Osorio
10-3

LA VIDA ES EFIMERA

la vida es muy corta
no lo pienses para ser feliz
vivela y te veras reir
lo material es lo q menos importa..
no te arrepientas de lo q´ haces
es mejor luchar por lo q´no alcanzaste
las cosas materiales
no te dan felicidad constante..
es mejor q te recuerden
por lo que un dia dejaste
clavado aqui en la tierra
cuando te marchaste.
se honesto, se gentil
para la vida poder vivir,
con odio y con rencor
solo se puede sufrir.
la vida no esta hecha
para comprenderla,
solo para vivirla, vivela
y te sera mas facil ser feliz...
la vida es pasajera
solo llega hasta el dia en q´ te mueras.....
Ángela Dayana Sarria
10-3