Este es el blog del proyecto institucional de lectura y escritura de la IE "Luz Haydée Guerrero Molina". Encontrarás aquí textos compuestos por los estudiantes en el proyecto de escritura, reseñas y comentarios de los libros que leen, frases de autoridades en los procesos de escritura y lectura. Estamos en construcción y tú eres parte de él. Bienvenidos al universo creativo del Ave fénix.
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jueves, 26 de marzo de 2015
EL HALCÓN Y EL ÁGUILA
Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux que, una vez, llegaron hasta la tienda del viejo
brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes
guerreros, y Nube Alta, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.
- Nos amamos, empezó el joven.
- Y nos vamos a casar, dijo ella.
- Y nos queremos tanto que tenemos miedo. ¿De qué cosas tiene que hacerse cargo el hombre
y de cuáles la mujer?
-Queremos un hechizo, un conjuro, un talismán. Algo que nos garantice que podremos estar
siempre juntos.
-Que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar a Manitú el día de la
muerte. Por favor, repitieron, - ¿hay algo que podamos hacer?
El viejo los miró y se emocionó de verlos tan jóvenes, tan enamorados, tan anhelantes
esperando su palabra.
-Hay algo...-dijo el viejo después de una larga pausa-. Pero no sé....es una tarea muy difícil y
sacrificada.
-No importa - Dijeron los dos.
-Bien - dijo el brujo -, Nube Alta, ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? deberás escalarlo
sola y sin más armas que una red y tus manos, y deberás cazar el halcón más hermoso y
vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de la
luna llena.
¿Comprendiste?
La joven asintió en silencio.
Y tú, Toro Bravo -siguió el brujo-, deberás escalar la montaña del trueno y cuando llegues a la
cima, encontrar la más brava de todas las águilas y solamente con tus manos y una red
deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube
Alta...salgan ahora.
Los jóvenes se miraron con ternura y después de una fugaz sonrisa salieron a cumplir la misión
encomendada, ella hacia el norte, él hacia el sur...El día establecido, frente a la tienda del
brujo, los dos jóvenes esperaban con sendas bolsas de tela que contenían las aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas. Los jóvenes lo hicieron y
expusieron ante la aprobación del viejo los pájaros cazados. Eran verdaderamente hermosos
ejemplares, sin duda lo mejor de su estirpe.
- ¿Volaban alto? preguntó el brujo.
- Sí, sin dudas. Como lo pediste... y ahora- preguntó el joven- ¿lo mataremos y beberemos el
honor de su sangre?
- No, dijo el viejo.
- Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne - propuso la joven –
No- repitió el viejo. Hagan lo que les digo. Tomen las aves y atenlas entre sí por las patas con
estas tiras de cuero...Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.
El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros.
El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse en el piso.
Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí
hasta lastimarse.
-Este es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón; si
se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que
además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse uno al otro. Si quieren que el amor entre
ustedes perdure, 'vuelen juntos pero jamás atados'.-
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